La jubilación representa el fin de tu vida laboral en un empleo formal ya sea por salud, por alcanzar la vejez o por voluntad propia. Al llegar a esta etapa, recibes una pensión, es decir, un monto mensual para cubrir tus necesidades básicas como recompensa por tus años de trabajo. Según el esquema bajo el cual labores, tienes diversas opciones para preparar tu retiro.

Si eres trabajador asalariado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) te puede pensionar bajo alguno de estos dos regímenes:

¿Qué opciones tienes para tu jubilación?

En el retiro programado, si llegas a los 65 años pero no cumples con las semanas cotizadas, el IMSS expide una negativa de pensión, lo cual representa que el monto total de tu AFORE se te entregará en una sola exhibición para ser administrado completamente por ti.

Si actualmente tienes tu propio negocio pero fuiste empleado alguna vez, lo ideal es que dejes el dinero guardado en tu AFORE hasta que llegue la edad en que desees retirarte. Mientras ese momento llega, puedes hacer aportaciones periódicas para hacer crecer tu pensión (que, además, son deducibles de impuestos).

Para quienes son trabajadores independientes, existen dos opciones para conseguir una pensión. Puedes contratar un plan personal de retiro que se nutre de aportaciones mensuales las cuales se te entregan con rendimientos al llegar tu edad de retiro, o un fondo de ahorro voluntario con la institución bancaria de tu preferencia al plazo que tú elijas.

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