13
ago
'15
¿Has soñado con ser tu propio jefe y tener un patrimonio solo tuyo? Si es así, seguramente habrás estado ahorrando por varios años para concretar ese ambicioso deseo. Todo lo que has aprendido hasta ahora te servirá para establecer una empresa; sin embargo, debes considerar varios elementos y situaciones antes de iniciar. Un emprendedor se caracteriza por ser sensible a las oportunidades de negocio para convertirlas en realidades exitosas.
Si ya tienes una idea del tipo de productos o servicios que deseas ofrecer, el paso siguiente es hacer un estudio de mercado para analizar si tu proyecto de empresa es viable. Escucha a tus clientes potenciales para percatarte de sus necesidades no resueltas por los negocios ya establecidos. De esta manera, sabrás si debes vender un artículo conocido con una mejor atención, uno completamente nuevo o, incluso, abrir un nuevo mercado.
Partiendo de lo anterior, realiza una análisis del entorno donde instalarías tu negocio propio considerando tu competencia, tu mercado meta (edad, género, sector socioeconómico, patrones de consumo, valores, creencias, etc.), la infraestructura necesaria para producir, los trámites necesarios para establecerse y las condiciones ambientales bajo las cuales trabajarías. Si contemplas todo esto desde el principio, podrás desarrollar un plan de negocio más preciso.
Es de suma importancia que redactes en un documento tu plan empresarial para que sea tu guía en el proceso de esta importante inversión. Básicamente, se compone de cuatro rubros:
Características generales: incluye el presupuesto total para la inversión, los objetivos generales del negocio, los recursos propios y ajenos disponibles, la dirección tentativa del establecimiento y la proyección de ventas a diversos plazos. Estos datos son la base desde donde partirás; por eso, asegúrate de tener mucha claridad al respecto.
Actividad de la empresa: determinada por el sector productivo en el cual se insertará tu negocio, el producto o servicio que ofrecerás y cómo lo pondrás a la venta. Señala en este apartado cuáles son las características que te distinguen de la competencia y cuál es el valor agregado que te permitirá posicionarte con tu mercado meta.
Integrantes del negocio: establece quiénes serán tus socios y empleados y cuál será el puesto que cada uno desempeñará. De ser posible, elabora un organigrama donde establezcas las relaciones jerárquicas entre roles y áreas. En este momento puede parecerte innecesario, pero si lo elaboras desde ahora, la dinámica de tu empresa fluirá de manera armónica con mayor facilidad.
Documentación administrativa y legal: para establecer formalmente tu negocio es muy importante que elijas la forma de sociedad mercantil más conveniente para ti. Cada una implica obligaciones fiscales y laborales diferentes con las que debes cumpir para que tu actividad comercial se mantenga siempre en regla.
Después de concretar todo lo anterior, podrás poner en marcha el proyecto que tanto anhelabas. Desarrolla una estrategia de crecimiento para tu empresa considerando las variaciones de los indicadores financieros nacionales y las condiciones de tu mercado local. Parte de tu presupuesto de inversión debe dirigirse a materiales publicitarios, sobre todo, en el periodo de apertura. Las plataformas digitales pueden ser una opción viable para que no gastes tanto en difusión.
Si lo requieres, busca asesoría especializada para que ayudarte en la creación de tu negocio propio. No olvides mantenerte en capacitación constante para procurar el crecimiento sostenido de tu empresa: asiste a cursos o diplomados donde aprendas técnicas para liderar equipos, ganar más clientes, establecer relaciones sólidas con tus proveedores y obtener cada vez mayores ganancias. Evita que el gusto de ser tu propio jefe se vaya en dos o tres años.
El proyecto que estás a punto de iniciar implica un gran esfuerzo. Sin embargo, no olvides cuidar tu salud y las relaciones con tus seres queridos. Procura estar en armonía interna y externa siendo flexible ante el cambio. Ser el dueño de una empresa requiere de práctica, paciencia y perseverancia. Cree en ti y nunca te rindas. ¡Mucho éxito!