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El cansancio es un síntoma frecuente y normalmente pasajero; todo el mundo conoce la sensación de estar cansado debido a causas como la falta de sueño, trabajo intenso y estresante, un viaje, una situación de angustia o al ejercicio intenso.
No obstante, si la fatiga se presenta muy frecuentemente, te recomendamos acudir al médico para una revisión, ya que, el cansancio crónico es un síntoma de muchas enfermedades. En algunos casos, síntomas como la debilidad, la falta de vigor y el agotamiento constante podrían deberse al Síndrome de Fatiga Crónica (SFC). Las personas que poseen esta enfermedad son más propensas a sufrir obesidad, resistencia a la insulina, síndrome metabólico, síndrome de colon irritable, depresión no melancólica, fibromialgia y trastorno de sensibilidad a sustancias químicas.
El SFC se define como una enfermedad neuro‐endocrino‐inmunológica grave y sumamente compleja, caracterizada por la sensación de cansancio físico y mental intenso y crónico, que no desaparece al reposar y empeora con cualquier esfuerzo, debilitando al cuerpo.
Además de un cansancio crónico y paralizante, quien es diagnosticado con SFC también sufre al concentrarse, tiene alteraciones en la memoria y en los ciclos del sueño, así como dolores en las articulaciones, el cuello, la cabeza y los músculos.
Los médicos creen que los siguientes factores pueden hacer que algunas personas desarrollen SFC:
Esta enfermedad limita la vida de las personas que la padecen pues, por su complejidad, no se conoce cura hasta el momento; no existen medicamentos recetados específicos para tratar el SFC y los síntomas varían considerablemente con el paso del tiempo. Cabe mencionar que este síndrome se presenta con mayor frecuencia en mujeres de 30 a 50 años.
Para iniciar el tratamiento, es necesario que el paciente:
Para que así, en conjunto, creen un programa personal para conseguir aliviar los síntomas y así evitar el cansancio crónico y el deterioro progresivo, mejorar la sintomatología y llevar una vida más agradable, digna y valiosa.
Los pacientes deben aprender a manejar con cuidado sus reservas de energía. Lo ideal es ahorrar energía hasta en las más mínimas acciones.
Dado que se desconocen las causas del SFC, las medidas terapéuticas se centran ante todo en calmar los síntomas existentes. Algunas recomendaciones para ayudar con este padecimiento son:
El SFC, a veces también llamado Síndrome de Fatiga Crónica y Disfunción Inmune (SFCDI), fue reconocido por los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) desde 1988, ya que abandonaron la idea de que es una enfermedad que se aloja única y exclusivamente en la mente del paciente.
El 10 de febrero de 2015 la CDC publicó un reporte que contenía recomendaciones para el SFC, así como la sugerencia de cambiar el nombre de SFC a Enfermedad Sistémica de Intolerancia al Esfuerzo (ESIE).
Los síntomas varían en cantidad, tipo e intensidad de persona a persona e incluso, las limitantes del cansancio crónico pueden impedir la actividad tanto, como la esclerosis múltiple, el lupus, la artritis reumatoide, las enfermedades cardiacas, la insuficiencia renal terminal, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las enfermedades crónicas similares.
A menudo, el SFC afecta a los pacientes en ciclos, y aunque se desconoce el porcentaje de pacientes que se recupera, hay evidencia que indica de que se benefician cuando los síntomas se identifican y tratan por separado.