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dic '16

Cómo hacer que el aguinaldo realmente te rinda

El fin de año está muy cerca y, si estás trabajando actualmente, ¡el aguinaldo también! A todos nos encanta recibir ese dinero extra que nos ayuda bastante en diciembre y enero para disfrutar las fiestas con nuestros seres queridos. Generalmente, lo usamos para dar regalos, degustar cenas abundantes y adquirir bienes para pasarla aún mejor. Sin embargo, ¿qué tal si pudieras hacer eso y mucho más aprendiendo a distribuirlo mejor?

El aguinaldo no es un regalo, es una prestación del ley

Se tiene registro del aguinaldo desde la Antigua Roma, cuando en la época de año nuevo se le daba dinero a los magistrados y al emperador como un obsequio por sus servicios al Estado. En México, se instauró este donativo como prestación hasta 1970 porque el gobierno se percató de que durante las celebraciones decembrinas, los gastos de las familias aumentaban. Así, la gratificación que algunos patrones daban en esas fechas se convirtió en un apoyo obligatorio para mejorar la calidad de vida de los trabajadores.

De acuerdo con el artículo 87 de la Ley Federal del Trabajo, el aguinaldo es un prestación mínima que no puede negarse al trabajador bajo ningún argumento. Por eso, todos los empleados, sin importar que estén por nómina o por comisiones, deben recibir al menos 15 días de salario si pertenecen a una empresa privada, y 40 si pertenecen a las filas de las instituciones del Estado. Además, siempre debe entregarse en forma de dinero, nunca en especie.

Mucha gente piensa que el aguinaldo es un regalo que te da el patrón como agradecimiento por tu esfuerzo, pero, en realidad, es dinero que ganas cada día y recibes en los últimos meses del año. Por lo tanto, si no trabajaste en la empresa desde el 1° de enero, ésta tiene la obligación de pagarte la parte proporcional por el tiempo que prestaste tus servicios. Sin duda, la cantidad será menor, pero son ingresos que nadie más te va a regalar y mereces totalmente.

Para calcular el aguinaldo, debes dividir tu sueldo mensual entre 30 para saber cuánto ganas al día (salario) y luego multiplicarlo por 15 o 40 según trabajes para una compañía privada o para el gobierno, respectivamente. Si no laboraste el año completo en el mismo lugar, multiplica el número de días que prestaste tus servicios por 15 o 40 y luego divídela entre 365. Así, multiplicando ese último número por tu salario, sabrás la cantidad exacta que te toca de aguinaldo.

En caso de que seas comisionista, la ley también te ampara para recibir aguinaldo aunque no tengas un sueldo fijo. Para calcularlo, saca un promedio de tus percepciones diarias y multiplícalo por 15. Si eres freelancer y cobras ingresos mediante facturas electrónicas (o sea, por honorarios), la única manera en la cual puedes hacerte acreedor a esta prestación es demostrando que trabajas para un solo patrón y cubres jornadas diarias de 8 horas.

Cómo hacer que el aguinaldo realmente te rinda

Cómo distribuir el aguinaldo de manera efectiva

Cada quien decide cómo usar su aguinaldo; sin embargo, muchas personas no suelen aprovecharlo al máximo porque destinan la mayor cantidad de éste para gastos inmediatos. Así, cuando llega enero o incluso antes de que termine la segunda quincena de diciembre, el dinero extra de fin de año desaparece por completo. Para que verdaderamente esta prestación represente una ayuda para tus finanzas personales, necesitas administrarlo con cuidado.

Los datos de la Encuesta Scotiabank sobre Aguinaldo de 2014 afirman que el 26% de los mexicanos usan esta prestación para comprar la cena de fin de año, 21% adquieren ropa y calzado nuevo, 18% lo ahorran, 17% saldan deudas y 18% para irse de vacaciones, pagar tratamientos médicos o remodelar sus casas. Al destinar casi todo su aguinaldo para cubrir alguno de estos conceptos, los trabajadores pueden verse en aprietos financieros por no hacer una distribución adecuada de éste.

Si deseas que el aguinaldo realmente te rinda, te sugerimos que después de calcularlo hagas un presupuesto con los egresos que debes o quieres hacer. Ordena los conceptos de mayor a menor prioridad según la urgencia con la cual necesites cubrirlos. Después, asígnale a cada pendiente un monto, haz la suma y revisa si se ajusta a la cantidad que recibirás como aguinaldo. Si la rebasa, determina qué egresos puedes disminuir o de cuáles puedes prescindir.

Trata de emplear tu aguinaldo para saldar deudas pendientes con tal de obtener mayor tranquilidad financiera el siguiente año. Al apartar un poco para pagar las anualidades de tus tarjetas o seguros, tu hipoteca o tu préstamo de nómina, tendrás mayor libertad en tus gastos del siguiente año. Además, evitarás que los intereses te afecten por si no puedes cubrir a tiempo los montos respectivos.

No está mal que emplees un poco de tu aguinaldo para comprar la cena de navidad o los regalos para tu familia y amigos. Sin embargo, si guardas una parte de ese dinero, puedes irte de vacaciones sin endeudarte. Tan solo para que te des una idea, el costo de los vuelos puede llegar a subir 70% si los adquieres con menos de 3 meses de anticipación. Al planear financieramente tus vacaciones desde ahora, mantendrás tu liquidez por más tiempo y podrás disfrutar tu viaje sin pensar en pagarlo después.

Otra opción es que, si en este momento no tienes deudas y tus finanzas personales gozan de cierta salud, puedes invertir entre el 10% y el 30% de tu aguinaldo para hacerlo crecer a largo plazo. Con la cantidad que obtengas al meter tu dinero durante 5 o 10 años al instrumento de inversión de tu preferencia, podrás adquirir la casa o departamento de tus sueños, estudiar un posgrado sin necesidad de una beca o incluso aumentar los recursos de tu fondo de ahorro para el retiro.

Independientemente de la decisión que tomes, no gastes todo tu aguinaldo en lujos o cosas innecesarias. Tener mucho dinero en la cartera es muy tentador, pero no debes dejar que la riqueza temporal nuble tu pensamiento. Utiliza ese extra que has ganado con tanto empeño a lo largo del año de una manera inteligente y verás cómo tu vida mejorará a corto, mediano y largo plazo. ¡Felices fiestas!